jueves, 26 de enero de 2017

El toro júbilo

El toro júbilo.
Se celebra en noviembre en las calles de Medinaceli, en Soria. Se trata de una tradición del siglo XVI en la que el toro es atado por los cuernos para inmovilizarlo y encajarle así en la cabeza unos artilugios metálicos con grandes bolas de material inflamable. Cada vez que se celebra el animal sufre graves quemaduras y un gran estrés. Los defensores de esta fiesta alegan que al astado se le da una crema de barro para que no sufra quemaduras y que se ha eliminado la tradición de matar al toro tras el encierro nocturno que realiza con sus cuernos envueltos en llamas.
Este tipo de ‘toros de fuego’ también son muy populares en la Comunidad Valenciana, donde más de 140 municipios los incluyen en sus festejos.
En  el mes de Noviembre, durante la noche del sábado más cercano al día 13, la magnífica plaza Mayor de la villa ducal es escenario de ancestrales ritos de toro y fuego. Juntos simbolizan la fuerza y la purificación, comunión pagana que era consumada tras el sacrificio del animal (acto que ya no se realiza) y la ingesta de su carne por la comunidad.
Durante el comienzo del rito del Toro Jubilo (término que proviene de sacrificio jubilar y jubileo o indulgencia, no de júbilo) el animal es atado a un madero y recubierto todo su cuerpo de barro arcilloso para evitar quemaduras. En su cornamenta se coloca un asta metálica (gamella o astilla), que luce dos grandes bolas de pez, elaboradas con estopa, aguarrás y azufre, que serán encendidas antes de liberar al toro.
Tras la suelta, el animal se enfrentará a las carreras y citas de los mozos hasta que se consuman las llamas de las bolas de pez que porta. Cinco hogueras, una por cada uno de los cinco Santos Mártires patronos de Medinaceli, iluminan el interior del cercado táurico de la Plaza Mayor y cumplen, además, como burladero llameante añadiendo al conjunto más carga mágica e iniciática.

No hay comentarios:

Publicar un comentario